David, el fugitivo
Después
de vencer al gigante, David consiguió la confianza de los criados y del
pueblo, se ganó la amistad de Jonatán y el amor de Mical quien fue su
primera esposa y ambos eran hijos de Saúl. Y, precisamente eso, produjo
los celos del rey Saúl, que ordenó capturarle. David tuvo que huir al
desierto con un escuadrón de 200 guerreros leales y se convirtió en el
paladín de los oprimidos. Allí aceptó la protección del rey filisteo
Aquis de Gat, enemigo de Israel, y situó a su familia y los suyos en la
ciudad filistea de Siclag. Cuando Aquis se fue a la guerra contra el rey
Saúl, David no pudo acompañarle porque los otros nobles no confiaban en
él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario